Mi
intención era escribir sobre un libro determinado que de alguna
forma me hubiese dejado una impronta indeleble, vaya, no sé qué
pretendo exactamente. Hay personas que hablan alrededor, pero hay una
que parece abrirse camino por encima de las demás como un cíclope
furioso porque debería haber sido un unicornio azul. Reverbera.
¿De qué libro puedo hablar? He leído muchos y ahora no recuerdo
ninguno. Es parcial. Mariposas en el estómago es la expresión que
cautiva aunque recuerdo a una persona que me comentó que no le
parecía hermosa la expresión. No soy capaz de concentrarme en un
libro en concreto. ¿Quizá uno de Lovecraft?
No, hoy no es el día de hablar de este señor. Es, era americano.
Leí no sé dónde que apenas salió de su casa en su vida. Y creó
todo un mundo extraño, bizarro más bien, lleno de monstruos y
oscuridad y lenguas muertas…sin salir de casa. Tenía mucha
imaginación este Lovecraft.
Holmes,
Sherlock
Holmes.
También podría hacer algún comentario sobre alguno de sus libros.
No he leído todos. Sí, me gusta bastante el personaje y su mundo.
He leído otros libros de Conan
Doyle,
también, me agradaron. Es difícil escribir sobre un libro. Te
sientes observado por algún crítico inexistente, y crees que te va
a juzgar. Bueno, yo escribo lo que me da la gana, faltaría más.
Como si hago mi propio estudio del “Ulises”
del cachondo de Joyce.
Por cierto he terminado hace un par de días una novela gráfica,
ahora se llaman así, digo que ahora porque antes se solía aludir a
este tipo de obras como “comics”.
Pues lo que decía, acabo de leer una novela gráfica sobre James
Joyce muy
buena. Un dibujo excelente (es en blanco y negro). Y la imagen que
tenía de él no coincidía en nada con la realidad. La impresión
que me quedó es que era un buen tipo, más o menos. Algo mujeriego,
y también le iban mucho las juergas con los amigos y, claro, beber.
Y se pasaba el día despotricando de Dublín y de los irlandeses, se
pasó gran parte de su vida fuera de Irlanda. Es del dibujante
Alfonso
Zapico y el
libro se titula “Dublinés”.
Y ganó el Premio Nacional del Cómic 2012. Como diría una muy buena
amiga mía, es una lectura altamente recomendable. Tengo un reloj de
pulsera. Y me observan. Bien. Hablar de libros…los libros se leen y
¿se habla de ellos? Ahora se publican cantidades industriales de
libros, es impresionante lo que la gente tiene que decir. Toneladas y
toneladas de papel. Ahora también hay digitales, mejor. No ocupan
espacio. Recuerdo libros de mi niñez, sí, también podría escribir
algo sobre ellos. No es verdad, bromeaba. ¿Qué podría decir yo
sobre un libro de “Los
Tres Investigadores”?,
tiene gracia. Al menos, para mí. Cuando era un niño leía libros
como si mi vida dependiera de ello. Colecciones enteras, en fin, en
esa edad tienes mucho tiempo libre. Bueno, ¿cómo no?, he leído un
libro hace poco que me ha impresionado y me ha dejado marcado. No es
una novela, es un libro sobre… ¿psicología? No sé. Bueno son
tres los libros: “La
Muerte: un amanecer”, “Muchas vidas, muchos maestro”
y “Lazos de
Amor”,
también podía hacer algún comentario sobre ellos pero no lo voy a
hacer. A veces los libros se convierten en un estorbo. Sí. Sobre
todo en las mudanzas. ¡Es que pesan mucho, muchísimo! , en esos
momentos te preguntas porque no compraste la edición digitalizada.
Pero cuando los ves ya en tu librería, ya te gustan más, sobre todo
a los que tienes más cariño. Bien sea por el tema o por la época
en la que lo compraste. En aquella lejana ciudad. En aquel misterioso
barrio. En aquella maravillosa librería que parecía sacada de un
cuento de magia. En aquella librería que antes había sido un
teatro. En la otra tan supermoderna. En la que podías sentarte y
hasta tumbarte en el suelo para leer, y si querías podías leerte
hasta un libro entero. Dentro del horario comercial, por supuesto. Y,
no podía faltar, aquel libro que te regaló esa persona, que
probablemente sea la que más has querido en tu vida. Libros, de cual
os podría contar yo algo, humilde de mí. Libros… ¿Sabes lo que
te digo?, que esto se está alargando demasiado para no haber dicho
nada sobre ningún libro.
J.
Aguirre