Al día siguiente fuimos a ver la Macarena, dimos una vuelta por la Plaza de España, vimos los Reales Alcázares de Sevilla,entramos en la Maestranza, y dimos una vuelta en barca por el Guadalquivir, y así Sevilla nos enamoró en dos días.
Al día siguiente nos desplazamos a Córdoba, y entramos en la Mezquita, comimos en un restaurante y nos fuimos a Granada, para allí visitar la Alhambra y la catedral; pasamos la noche por allí, después de descansar, fuimos de compras al Zoco, para volver al día siguiente a Santander, donde llegamos a las 9.30 p.m.
El encanto de estos sitios permanecerá en nuestro recuerdo siempre.
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